CADUCIDADES SECUNDARIAS
La seguridad alimentaria pasa por llevar un control adecuado de cada proceso desde que una materia prima llega a un restaurante u obrador hasta que el cliente consume el alimento elaborado o el producto elaborado es distribuido. Para ello, es muy importante que este control esté bien estructurado; sea operativo, rápido, fácil y eficaz. Para ello, es muy importante etiquetar bien, y parte de los procesos de etiquetado van enfocados a medir, fijar y controlar las caducidades secundarias adecuadamente.
De dónde venimos?

En el pasado, y aún en la actualidad en algunos casos, cualquier proceso se anotaba a mano en la etiqueta pertinente, conllevando una serie elevada de equivocaciones y por consiguiente una gran pérdida de tiempo. Sin lugar a duda, anotar de forma manual las caducidades secundarias representa no solo pensar las caducidades de cada alimento, tener una letra clara y legible y no equivocarse en la redacción, sino que también se traduce en un peligro de ofrecer un producto caducado mal etiquetado, y un desperdicio alimentario en un proceso mal gestionado donde las fechas de caducidad eran incorrectas.
Hay que tener en cuenta también, que la rotación de personal en una cocina es bastante habitual (puede haber personas de distintas procedencias y países, edades, cargos, etc.) por lo que un proceso de etiquetado manual conlleva no solo el riesgo mencionado, también la necesidad de tener un perfil de cierta responsabilidad y conocimiento que sea el encargado de anotar esta información correctamente.

Más control
Por ello, debido a la necesidad de cometer un menor número de errores y a los parámetros exigidos por el sector y el consumidor, los procesos deben automatizarse desde el momento en el que se recepciona la mercancía de materia prima- con el primer etiquetaje del lote.
Hoy en día cualquier proceso se puede gestionar de forma óptima gracias a la programación, softwares y hardwares que encontramos; las caducidades se calculan automáticamente, y de esta forma disminuye el margen de error.
Por supuesto, es importante destacar que etiquetar bien no es suficiente, hay que realizar un seguimiento y control posterior, no hay que abandonar el proceso en el etiquetado. Además, se necesita que este sistema sea bidireccional. Es indispensable que el sistema sea fiable y ofrezca información tanto internamente como a nivel central, de lo que se hace a cada momento. Por ello es bueno reportar y documentar bien para, por ejemplo, evitar el desperdicio alimentario.
Es cierto que la evolución en el uso de dispositivos y tecnologías que ofrezcan esta solución es cada vez más notable, pero cabe destacar que no todos los dispositivos ofrecen el control completo y/o total, por ser dispositivos quizá más básicos en cuánto a funcionalidad, y por supuesto al final resulta más rentable utilizar soluciones que ofrezcan el control completo de cada proceso, por eso, desde Labelfood creemos que es vital adaptarse a las necesidades que cada cliente necesita.

Una vez más, hacemos énfasis en que la seguridad alimentaria pasa por automatizar procesos, profesionalizar el sector y digitalizar los recursos; todo ello forma parte de una organización y gestión que es vital en cualquier cocina.